Con el corazón roto, Rosa acabará visitando a un hipnotizador para que la ayude a superar sus penas. Mediante la hipnosis viaja hasta su espíritu del pasado en el momento exacto en el que el cuerpo al que se transporta se encuentra en pleno duelo espadachín. A pesar de que saber que está en el año 1594 es un shock, la verdadera sorpresa viene cuando descubre que el hombre que se batía en duelo y que ahora comparte cuerpo con ella, es ni más ni menos que el verdadero Shakespeare. Rosa quiere volver al presente, y el enamoradizo de William detesta que una mujer controle su cuerpo lo que desencadenará en una serie de aventuras divertidísimas. Pero para que todo vuelva a la normalidad, deberán aprender una valiosa lección.