El retrato de Dorian Gray, de Oscar Wilde

«Lo único que vale la pena en la vida es la belleza, y la satisfacción de los sentidos». Esta frase representa el principio del fin para Dorian, un privilegiado joven al que un artista llamado Basil obsequia con un retrato de él mismo. Al darse cuenta de que un día su belleza desaparecerá, Gray desea tener siempre la apariencia que muestra en el retrato que le regala el artista. El deseo de su alma acaba por cumplirse, y mientras la vida pasa, el retrato de Dorian Gray envejece por él. Sin embargo, Dorian escogerá una vida de excesos, libertinajes y perversión, lo que provocara que su retrato acabe desfigurándose hasta convertirse en un monstruo.

El perfume, de Patrick Süskind

Jean-Baptiste Grenouille nace en un caluroso día en pleno siglo dieciocho en Francia en el puesto de pescados de un mercado, pero aunque su nacimiento fue dramático, resultó ser un niño con ganas de vivir, luchador e inmune a un montón de enfermedades. Sin embargo, su vida no es nada fácil, ya que se convierte en una persona grotesca, abominable y deforme, pero tiene un don: el olfato más fino de toda Francia y, gracias a esto, se convierte en el mejor elaborador de perfumes de todos los tiempos. Debido a su aspecto físico, sufre el rechazo de las mujeres y es por ello que acaba creando un perfume que subyuga la voluntad de quien lo huele. ¿El ingrediente secreto? Fluidos corporales de jóvenes vírgenes que nuestro protagonista mata cruelmente.